Este Retrato ecuestre del emperador Carlos
V se encuentra en el Museo del Prado. Fue pintado por Tiziano Vecellio, pintor
italiano del Renacimiento, uno de los mayores exponentes de la Escuela
veneciana.
El cuadro conmemora la victoria de las
tropas imperiales en Mühlberg en 1547 sobre los protestantes. Tras la Reforma
religiosa promovida por Martín Lutero, el cristianismo de Europa Occidental se
divide. El emperador Carlos V trata de imponer por la fuerza el predominio del
papado y del catolicismo sobre los protestantes, dando a paso a las conocidas
como guerra de religión. Finalmente, el intento del emperador fracasa, y se
adopta un principio: cuius regio, eius religio, bajo el que se firma
para los territorios alemanes La Paz de Augsburgo en 1555: los súbditos
seguirán la religión de su señor.
Tiziano retrata a Carlos V a caballo,
privilegio reservado a los reyes, y lo muestra como señor guerrero, con la
banda de general y con armadura, en la que hay que destacar cómo refleja el
pintor las calidades del metal (la armadura del Emperador se conserva en el
Palacio Real de Madrid). La lanza que lleva el rey alude a San Jorge en su
lucha contra el dragón y señala al rey como caballero cristiano, como soldado
de Cristo contra el dragón protestante. La expresión del emperador es serena y
decidida, la de un general que conduce a sus tropas al combate.
En el fondo está el paisaje de
Mühlberg, con el río Elba. Tanto la luz como los colores son cálidos, rojos,
ocres.
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