De este óleo sobre lienzo existen
cinco versiones pintadas por el mismo artista, Jacques-Louis David, entre 1801
y 1805. Esta versión está en el Palacio de Charlottenburg, en Berlín. David era
un pintor neoclásico, que ilustró los principales eventos de la revolución
francesa y luego se convirtió en pintor oficial del imperio de Napoleón
Bonaparte.
En el año 1800 Napoleón, que había
llegado al poder tras el golpe de estado del 18 de brumario (9 de noviembre) de
1799, decide marchar a Italia al mando de un ejército para auxiliar a las
tropas francesas que se enfrentan a los austriacos. Para sorprender a estos,
atraviesa los Alpes por el paso de San Bernardo. La victoria en Italia
consolida el poder de Napoleón en Francia y el dominio de Francia en Europa.
El retrato ecuestre es una
idealización de David. En realidad, Bonaparte cruzó los Alpes con buen tiempo y
a lomos de una mula, pero el pintor nos lo muestra a lomos de un fogoso corcel,
cuya crin y cuya cola ondean al viento, como la capa del jinete, que señala a
las tropas el camino a seguir. Lleva uniforme de gala y espada, y con su mano
izquierda sujeta las riendas del caballo, que está alzado sobre sus patas
traseras, lo que transmite el mensaje de un líder que manda sobre hombres y
animales. El paisaje es nevado y el cielo gris. Al fondo, cañones, lanzas,
soldados y banderas.
En el primer plano, sobre las rocas,
está grabado el nombre de Bonaparte junto con los de otros dos grandes
guerreros que cruzaron los Alpes: Aníbal y Carlomagno.
David era un gran pintor neoclásico y
la imagen de Napoleón a caballo, de gran realismo y con una magnífica
perspectiva, recuerda estatuas ecuestres romanas, como la del emperador Marco
Aurelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario